Antojo de Madre
Mi madre se encontraba más activa que nunca, después de años de abstinencia, producto de no encontrar el hombre adecuado, la había hecho vivir una existencia sin sexo en los últimos años. Descubrir su lado morboso practicando el sexo con su único y querido hijo la hizo renacer para sentirse liberada y feliz al irse revelando las distintas facetas de su sexualidad conmigo. Desde que paladeó el sabor del INCESTO, en Madre no hay más que Una , y después Explorando con mi Madre , ha dado rienda suelta a sus fantasías arrinconando sus perturbaciones morales prefabricadas por los grilletes sociales, decidida a recuperar el tiempo perdido. Después del fin de semana en Guardamar, ya nada sería lo mismo; decidimos vivir juntos en casa de mamá. En unas semanas compartíamos de nuevo el hogar, justo después de que mi madre me diera la noticia de su fecundación. Estaba acurrucada a mi lado cuando al pensar en cómo había cambiado su existencia, supo que jamás volvería a ser la mujer de ant